CORAZON SALVAJE
LORI BRIGHTON
Extracto capitulo 6
Él soñó con ella.
A lo largo de la noche, ella invadió sus pensamientos. Sonreía. Bailaba. Mojada y reluciente en la cascada. Su presencia había alejado las familiares pesadillas de su mente, pero ella encarnaba un tormento totalmente nuevo.
Él no podía dejar de pensar en sí mismo como un animal, por la forma en que la deseaba… Si ella lo supiera, estaría mortificada. Y más, se marcharía de inmediato, huiría como la virgen inocente que era.
Con un suspiro, Leo se pasó la mano por el cabello. Lo esperaba allí, al otro lado de aquellas puertas. ¿Sería ella su salvación o su muerte?
Él empujó las amplias puertas de par en par y entró en el comedor. Incluso ahora, la elegancia de una casa que recordaba vagamente lo sorprendio. Las altas cubreventanas color marrón flanqueaban las altas y estrechas ventanas. La lujosa alfombra de la misma apariencia que él había visto en la India, y una gran chimenea de mármol. Todo hablaba de elegancia, de dinero. Él había jugado en esta sala alguna vez, así que ¿por qué se sentía tan extraño ahora?
Un ligero movimiento llamó su atención. Ella se encontraba sentada en el lado opuesto de la gran mesa de caoba. Parecía pequeña e inocente entre los grandes muebles, ornamentados. “Está aquí”.
“Usted me invito, ¿no?”
Ella inclinó la barbilla de esa manera obstinada y bajo su mirada hacia su coqueta nariz. “Por supuesto. Una persona debe saber cómo utilizar los servicios de forma correcta. Hay muchas reglas que van con la cena”
Estaba tan segura de sí misma, tan malditamente segura de que sabía más que él, como todo el mundo. Maldición, si ella pensaba que él era inculto y tosco, entonces probaría su punto de vista. Él tomo un rollo de la fuente de plata que se encontraba en el centro de la mesa y camino alrededor de la habitación. A mitad de camino, él tomó un cuchillo y deslizo un montón de mermelada en el rollo, y luego le dio un saludable mordisco.
Ella frunció el ceño. Centrándose en su plato, con cautela cogió su cuchillo y extendió una fina capa de mermelada en su rollo. Haciendo caso omiso de su mirada, ella tomó un delicado mordisco.
Él había querido darle una lección, pero se encontró con ganas de reír en su lugar. Resistiendo las ganas de sonreír, tiró su rollo sobre la mesa. Este aterrizó haciendo ruido, con el lado cubierto de mermelada sobre la prístina tela.
Ella entornó los ojos. “¿Se da cuenta de cuánto trabajo es necesario para lograr quitar las manchas de los manteles blancos?”
Bueno, ahora él se sentía culpable.
“Por supuesto que a usted no le importa”, murmuró ella. “Porque usted no tendrá que hacer el trabajo”
Su mano fue al cuello de su corpiño, jugando con el rígido encaje. Su simple vestido marrón se adhería ordenadamente, sus ondulados artilugios de cierre recogidos desde una bobina redonda que se ubicada en la parte posterior de la cabeza. Ella parecía como si estuviera tratando desesperadamente ser decorosa y ocultar ese lado lujurioso que él había visto cuando la había besado. ¿Podría él traer ese lado a la superficie aquí en el comedor?
Todo el cuerpo de él pareció ablandarse como la gelatinosa mermelada que se encontraba sobre la mesa. ¿Era ella la misma mujer que él besó temprano esta mañana? ¿La misma mujer que había gemido en su boca e hizo hervir su sangre?
Descargar Corazon Salvaje, capitulos 6 y 7
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